Ella
Hay docenas de niños en esta tienda, quizá cientos, y se me parte el corazón al verlos. Cada uno de los niños está tumbado en un catre médico, atendido por un personal muy reducido de trabajadores médicos y sociales que parecen agotados. “Dios mío, Isabel”, murmuro con el corazón en un puño. “¿