Ella
“¿En serio, Cora?”, digo, dando un codazo a mi hermana con el dedo del pie. Niego con la cabeza al ver la forma desnuda y dormida de mi hermana, apretada contra su pareja bajo la mantita que los cubre a ambas. En serio, ¿cómo no se congelan?
“La tía Cora va a estar muy avergonzada”, le susurro