Cora
Jadeo cuando atravesamos la puerta del motel. Roger se gira rápidamente para cerrarla a la fuerza mientras el viento nos azota, dificultándole el trabajo. Jadeo, miro a mi alrededor y mis ojos se posan en los ojos sorprendidos del hombrecillo nudoso que está sentado detrás de la recepción. Me esfuerzo por dedicarle una sonrisa cortés mientras Roger gruñe y finalmente cierra la puerta tras nosotros.
"Hace un tiempo horrible ahí fuera, ¿verdad?", dice el recepcionista con una sonrisa desden