Ella
Sinclair finalmente accedió a que los paramédicos le administraran cuidados de urgencia, aunque no fue fácil. Se negaba a perderme de vista y, aunque también había intentado mantener el contacto físico, los paramédicos lograron convencerlo de que les dejara atarlo a una camilla para trasladarlo al hospital. Me senté a su lado en la ambulancia, donde estaba recostado de lado, mirándome con total intensidad mientras los paramédicos le cortaban la ropa.
Le acaricié el cabello mientras aguan