Crecer con un propósito

Valery Salvatore

Tal y como me lo dijo el señor Rizzo, el se hizo cargo de nosotras y estuvo atento a cada necesidad que pudiera tener Violet.

Cada día mi niña se convertía en una personita hermosa que se robaba mi corazón con cada mirada. No había nada más difícil que saber la realidad de ella y que no la vería enamorarse cuando lo creyera conveniente ni de modo natural. Ella no tendrá la oportunidad de ir a citas con muchachos ni tampoco de escoger cuando debería de contraer matrimonio.

Me duele saber que este fue el gran precio a pagar para que podamos vivir. Todo porque los malditos de mi pasado me querían muerta y quién sabe que más cosas. Nadie sabe, a excepción de pocas personas, que estamos cerca todavía.

Cuando Violet estaba por comenzar sus clases debí hablar con el señor Rizzo sobre la posibilidad de una nueva mudanza. Sería riesgoso que una Salvatore esté estudiando así sea en el nivel inicial y que además su madre quien estaba en París fuera la única en estar con ella, eso generaría muchas polémicas y seríamos un blanco fácil de los enemigos.

Nos mudamos a un lugar confortable y Violet pudo finalmente comenzar a estudiar y tener una vida normal dentro de sus posibilidades. Cuando me preguntó por su padre le dije que él había muerto, ¿Cómo le diría que el era una de las personas que había contratado asesinos a sueldo para asesinarme mientras ella estaba en mi vientre?

Pude ver crecer a mi niña y convertirse en una hermosa jovencita que me resultaba muy difícil de manejar. A Violet le costaba acatar algunas órdenes y era muy normal que me generara ciertas polémicas por situaciones normales. Sabiendo que ella tendría que casarse con Giuliano imaginaba que tendrían un matrimonio de lo más difícil. Mi niña era simpática, sonriente y adorable hasta que le imponían órdenes; ahí ella cambiaba radicalmente y mostraba un carácter más complicado.

El señor Rizzo creo que imaginaba lo mismo que yo cuando la veía en sus cumpleaños y también cuando le daba obsequios en Navidades, las que siempre fueron sus celebraciones favoritas aunque solo estábamos las dos juntas.

-¿Qué sucederá si su nieto odia a mi hija? ¿Aún así los unirá en matrimonio?- Le pregunté tomando valor a quien planeó ésta locura

Con el tiempo entendí que el patriarca de la familia Rizzo no era tan aterrador como me había parecido inicialmente. Me resultaba un hombre recto que siempre cumplía con su palabra, siempre todos debían seguir sus órdenes. Lo que me preocupaba era que su nieto desde muy joven demostraba ser igual que él.

-Mi nieto la odiará porque no será un hombre fácil al que imponerle voluntades, pero ya verás que todo irá de maravilla- Su optimismo no me convencía ni un poco

-Yo no estoy tan segura, no imagino que les espere precisamente la felicidad a los dos. Usted sabe cómo es Violet y como es Giuliano; aún está a tiempo de retractarse- Sugerí ganándome una mirada de advertencia suya que me hizo desistir de opinar algo más

-Cuando ella cumpla sus dieciocho será la esposa de mi nieto. Los planes siempre fueron esos y no cambiarán jamás. Si después de consumar su matrimonio y al pasar un tiempo prudencial de un año no funcionan seré yo mismo quien proceda con el divorcio pero si ella queda en embarazo o veo posibilidades entre los dos puedes olvidarte de eso- Jamás había considerado que deberían consumar en el mismo día de la boda ni tampoco que podrían tener hijos

Siempre que los ví supe que no estaban destinados e imaginé que nada entre los dos pasaría.

*****

Años Después... 15 Años de Violet

Mi hija rechazó la posibilidad de una fiesta por su cumpleaños. Solo quiso una reunión especial por su cumpleaños con varias amigas y algunos amigos también.

El señor Rizzo llegó a saludarla pero no lo hizo solo, sino que su nieto y futuro esposo de Violet también asistió con él.

Aunque el menor de los Rizzo fue cortés, se bien que me dedicó todo su odio en cada mirada y eso solo tenía una explicación, Él sabía del acuerdo del que aún mi hija no tenía conocimiento.

Giuliano ya no era ese niño que había visto años atrás. Él ya tenía veintisiete años y era un hombre atractivo pero aterrador. Tenía tatuajes en su cuello, así como también en sus manos. Usaba el cabello muy corto a los lados pero peinado hacia atrás dándole más seriedad a su apariencia. Además se notaba que se ejercitaba a diario porque tenía músculos que se notaban aunque usara traje.

Mi hija era insignificante a su lado porque Violet era delgada y pequeña. Aún su cuerpo estaba creciendo y sus curvas eran apenas perceptibles. Se que por ésto cuando Giuliano la miró lo hizo con más desprecio aún. Yo sabía que Violet sería hermosa y que tendría una linda figura, pero que aún le faltaba un poco para que ese día llegara.

Imaginé que podía pedir la anulación del matrimonio cuando no fuera consumado si a él mi hija no le despertaba ningún interés y me aferré a ese plan que tenía en mente.

El patriarca de la familia seguro estaría un paso adelante de mis planes pero yo no tenía modo de predecir eso. Al menos no por el momento.

Cuando los invitados se fueron también lo hicieron los Rizzo. Giuliano no le dedicó ni una mirada a Violet y eso me daba aún más esperanzas.

-Mamá, ¿Por qué vino el nieto del señor Rizzo? No me agradó y menos por un comentario que hizo, estuve por pegarle pero me contuve

-¿Qué comentario?

-Que eres más guapa tu porque yo no tengo forma de mujer- Ella estaba indignada, furiosa

-Hija cuando lo sepas prométeme que no me odiarás. Hay veces en dónde las únicas oportunidades que tenemos no son buenas y debemos tomarlas, eso es lo que me sucedió a mi. Solo quiero que sepas que estaré para ti siempre- la abracé sintiendo que los tres años restantes de ella pasarían muy rápido

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