Lucía también abrió ampliamente los ojos, mirando a Juan.
No esperaba que este hombre, que parecía estar bastante desaliñado, pudiera dominar dos idiomas extranjeros, y al parecer, con bastante habilidad.
Al escuchar la última frase sarcástica de Juan hacia Renato, no pudo evitar sonreír levemente.
Después de dos encuentros, ambos perdieron, y Renato se sentía estar bastante molesto.
La fuerza y el dominio del inglés eran sus puntos más fuertes, y ni siquiera eran rivales para Juan.
Esto era muy extraño. Renato entrecerró los ojos ligeramente, decidido a competir con Juan usando su linaje y su dinero.
Después de todo, en San Fernando, había muchas personas importantes, algunas que conocía y otras de las que había oído hablar, pero al menos no había nadie como Juan en la alta sociedad.
—No esperaba esto, Lucía, has encontrado un esposo tan erudito, — bromeó con sarcasmo Renato.
Lucía no sabía que Juan tenía esta excepcional habilidad, pero sentir que alguien llamaba a Juan su espos