Capítulo 156
Después de colgar el teléfono, Juan notó de inmediato las miradas extrañas de los tres en el auto y preguntó: —¿Tengo suciedad en la cara?

Celia estaba muy asombrada por dentro. ¿Cómo pudo Juan conseguir una invitación?

¿Y para él mismo? ¿Estaba mintiendo? No tendría ningún sentido que Juan mintiera, ya que sería descubierto rápidamente.

De repente, a Celia se le ocurrió una fabulosa idea.

Las dos invitaciones para San Fernando, una para María y otra para Ana, ambas mujeres relacionadas con Juan. ¿Acaso Juan pidió ambas invitaciones?

—¿Pediste las invitaciones para María y Ana? — preguntó con firmeza Celia.

Juan negó con la cabeza: —La invitación de María fue enviada por la familia Martínez porque no sabían que estábamos divorciados. La de Ana sí la pedí yo—.

Celia estaba muy desconcertada: —¿Por qué la familia Martínez te trata con tanto respeto?

Juan le explicó pausadamente: —Cuando regresé al país, alguien me presentó al jefe de la familia Martínez para que le tratara una enfermed
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