CAPÍTULO 40

Cuando regresamos a la casa, Aaron estaba allí con Beatrice y Mindy. Estaban almorzando mientras Beatrice limpiaba la encimera.

—Oh, Beatrice. Lamento que llegáramos tarde, salimos a dar una vuelta rápida —me disculpé.

—Oh, no te preocupes. Fue un ángel y Mindy suplicó quedarse un rato con él —dijo ella con una sonrisa. Asentí, aliviada.

—Vimos a Denaudie hoy, Bee —dijo Mason.

Beatrice asintió con tristeza. Fruncí el ceño.

—Estoy tan preocupada por ella, alfa. No quiero perder a mi hija. Solo tiene 17 años. Ya casi no la veo, aunque estemos en la misma manada. Casi ni conoce a su hermanita.

Lucas está muy preocupado —dijo con tristeza. Me partió el corazón.

Si Aaron o alguno de mis futuros hijos estuvieran en esa situación, no tengo idea de lo que haría.

—Lo siento mucho, Beatrice. Es una joven hermosa —le dije.

Ella sonrió con tristeza y una lágrima le rodó por la mejilla izquierda. Se la secó.

—Gracias —dijo.

Abrí los brazos para darle un abrazo y ella lo aceptó con gratitud.

—¿Mamá
Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App
Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App