Un mes después, Mariah les dio agua de manantial a sus hijos. Alaric llegaría pronto para llevárselos a casa. Al cabo de un mes, sus escamas ya no eran tan suaves y sus colores se habían vuelto más pronunciados. Sus dos hijos tenían el pelo blanco como Alaric, y aunque era demasiado pronto para saberlo, ya podía ver que su hijo era idéntico a Alaric, y con solo sostenerlo, supo que sería mucho más fuerte que su padre. Veía rastros de sí misma en su hija, pero ya tenía claro que haría que los hombres cayeran rendidos a sus pies con su belleza. Con su pelo blanco y sus ojos azules, parecía un ser angelical. Si Mariah era honesta, en realidad le asustaba lo hermosa que sería de mayor.
Pronto, oyó el aleteo de unas alas y se giró para ver entrar a Alaric. Él no cambió y simplemente le dijo mentalmente que subiera. Desde que se crearon, Mariah podía oír los pensamientos de Alaric en su forma de dragón, lo que facilitaba mucho la conversación. Cargando a sus hijos en brazos, Mariah se acerc