75.
KAYNE
Lo había arruinado todo; con un solo momento había destruido lo poco que había logrado crear con ella.
Había hecho trizas su confianza, había fallado al decirle que jamás la lastimaría, y lo hice.
La marca de mis dedos furiosos en su brazo y sus muñecas me lo decían; la sangre brotando de las heridas que, en mi desesperación, le causé me lo confirmaba a cada segundo que pasaba.
Jamás podré olvidar la imagen de su dolor, de su decepción, del miedo tan enorme que podía ver y oler en ella en ese momento.
Yo hice eso; yo la lastimé por dejarme llevar por la rabia, los celos, el pensar que otro puede tenerla.
Ya tenía demasiado lidiando con el consejo, y luego tenía que ir alguien a informarme que Elena había estado parada en la puerta de mi habitación diciéndole quién sabe qué a Aurora.
¿Fue por eso sus palabras? ¿Todo para lastimarme como posiblemente ella se sentía?
Grito de rabia, de dolor, un grito mezclado con un rugido que no puedo evitar dejar escapar.
Golpeo la pared de nuev