13.
AURORA
No sabía si sus palabras eran para mí; de alguna forma, quería creer que sí.
Mi corazón se aceleraba mientras las escuchaba, sintiendo de nuevo ese hilo invisible tirar de mi pecho.
Alcé mis ojos, encontrándome con los suyos. Una mirada intensa que envió una descarga eléctrica por todo mi cuerpo, haciéndome apretar los cubiertos para controlar lo que eso me estaba haciendo.
Seguí el movimiento de sus dedos, sutiles, delicados, rozando con cuidado el borde de la taza como si se tratara del pétalo de una flor delicada.
Eso me hizo recordar el momento en que rozó con esa misma sutileza mi mejilla; su tacto fue cálido, como nunca antes lo había sentido.
Tomé un sorbo de jugo, intentando ocultar la sonrisa que poco a poco se fue abriendo paso en mis labios, una que no podía permitirme tener porque sabía lo que yo era para él.
Nada.
Solo soy el juguete de su Lycan; mi único propósito era calmarlo en las noches de luna llena.
No podía ilusionarme, no podía dejar que esas sensaciones e