Natalie asintió, —Sí, estoy segura.
Michela quedó un rato callada, y dijo, —De acuerdo, pero el doctor que te hipnotizaba está en el extranjero y tardará un mes en volver.
—Bien, mamá, ¡gracias!
Michela la fulminó con la mirada y dijo enfadada: —Soy tu madre, ¿por qué me das las gracias? He preparado dumplings y quería enviártelos. Ya que has vuelto, quédate aquí conmigo un rato. Tú llévate los dumplings después de que los haga bien.
Natalie asintió, abrazó a Michela y le dijo: —¡Sé que eres mi mejor mamá!
—Vale, no seas nenaza, que ya eres mayorcita. —No pudo reprimir una sonrisa a pesar de su tono disgustado.
—Te ayudo a envolver los dumpings.
—No, los dumplings que envuelves son feos.
Natalie: —...
A las once de la noche, Leonardo y Josefina bajaron del avión.
Mientras salían del aeropuerto, los pasos de Josefina se detuvieron de repente.
—Leo, mira a los crueles padres de Natalie.
Leonardo siguió la mirada de Josefina, Ricardo y Beata estaban a diez metros de ellos, preparándose pa