Alberto miraba con tristeza a la inconsciente Karol, sus ojos estaban desbordados de ira y odio.
—¡Leonardo, ven a por mí! ¡Intimidas a una mujer, eres un cabrón!
Leonardo dijo con expresión gélida: —Tú también empujaste a mi madre a la carretera, ¿no? Si no me dices quién te dirigió, te garantizo que mañana el vídeo de tu hermana se difundirá y será denigrada allá donde vaya. Te doy tres segundos para pensarlo.
—¡Tres, dos, uno!
Viendo que los hombres de Leonardo estaban a punto de arrancarle las bragas a Karol, Alberto dijo: —¡Yo digo! Leonardo, ¡eres un demonio!
Leonardo hizo un gesto con la mano y los hombres se detuvieron.
—Es... Es la familia Licon de Imperialia. ¡Trabajo para la familia Licon!
Sabía la familia Licon, pero nunca había ofendido a ellos, la única posibilidad de que de repente hizo contra él era por la clave secreta.
Pensando en esto, se mofó, —Más vale que no me mientas o tengo formas de hacerte sufrir, además Karol, tienes una madre que se encuentra mal de salud,