Javier frunció el ceño, -Mamá, deja de preguntarme. Yo espero a papá, vuelve a descansar.
La cara de Michela se enfrió un poco, -Si no me dices, le pregunto a otro.
Con eso, sacó su móvil y llamó a su mejor amiga.
-Vale, no llames a nadie, te lo digo, pero tienes que estar preparada.
Michela asintió, -Dime.
Javier le contó lo que había pasado últimamente en la empresa, la cara de Michela palideció al oírlo, podía imaginarse la presión a la que estaba sometido Ángel estos días.
Pero cuando lo llamó, sólo le dijo que como era fin de año, últimamente estaba un poco ocupado, estos días no volvería a casa.
En el pasado, Ángel también se había quedado a dormir en la oficina porque estaba muy ocupado a final de año, así que a Michela no le había importado demasiado.
No esperaba que habían pasado tantas cosas en los últimos días.
-¿Cómo está ahora la empresa?
Javier negó con la cabeza: -En principio, papá iba a lanzar el último coche híbrido antes de lo previsto para sacar al Grupo Silva de es