José había vivido mucho tiempo, y era la primera vez que lo sacaban de un lugar por motivos de seguridad. Lo peor es que es en Costa Sol, y ya se lo conocía y lo consideraba como su territorio.
Desde que Rafael se convirtió en su asistente especial, nunca había pasado por algo así. Estaba molesto y avergonzado, pero José no mostraba ninguna emoción, solo se veía un poco distante.
— José, el departamento de ventas acaba de informar que Élodie decidió volver a trabajar...
Rafael rompió el silencio para evitar que el presidente siguiera sumido en sus pensamientos.
— ¿Deberíamos despedirla?
— Por ahora no es el mejor momento.
José levantó la mirada, con los ojos llenos de determinación.
— Déjala, solo es una carnada, puede servirnos para algo después.
— Te quedo claro. — Rafael asintió enseguida.
— ¿Y sobre la señora?
— Refuerza la vigilancia, quiero saber cada uno de sus movimientos, hasta el más mínimo detalle.
José parecía intrigado.
Media hora después, cuando ll