Capítulo333 Cuando hay una emergencia, el señor José no es muy selectivo.
El auto se detuvo junto al andén, salpicando un charco de agua.
El agua mojó las piernas de Élodie, quien saltó hacia atrás, sorprendida. Pero cuando vio que la puerta del auto se abría y que quien bajaba era Rafael, su corazón empezó a latir fuerte.
—El señor José quiere que subas al auto en este momento.
—¿Por qué me quieren subir al auto…?
El nerviosismo en su cara aumentó.
—Sube de una vez —dijo Rafael, apurándola.
No se atrevió a rechazar la orden. Abrió la puerta trasera y se sentó junto a José, con la respiración temblorosa.
—Señor José, lo lamento… Estoy completamente mojada, voy a ensuciar su auto… Mejor bajo, ya casi llego a la empresa…
—A estas horas de la noche, ¿para qué regresas a la empresa?
José levantó la vista y le indicó a Rafael que le diera una toalla.
—No cumplí con mi cuota de ventas esta semana… Si me voy a casa, no estaré tranquila. Así que decidí volver a trabajar un par de horas extra… —Élodie bajó la mirada y tomó la toalla con gratitud.