Capítulo334 El señor José está en una cita.
Poco después, la puerta de la oficina se abrió y Vittorio entró. Le sonrió un poco a la asistente que le sostuvo la puerta, y ella, con las mejillas rojas como tomates, se fue dando pasos largos.
Vestía un impecable traje negro, combinado con un suéter de cuello alto blanco.
Vittorio era, sin duda, el hombre que mejor sabía llevar la combinación de blanco y negro que Adriana había visto en su vida. Esa elegancia natural y su aire distinguido lo hacían tan encantador que no era de extrañar que su asistente se pusiera nerviosa en su presencia.
— Vittorio, ya es muy tarde. ¿A qué debo tu visita?
Adriana sonrió y, con amabilidad, le sirvió una taza de té.
— ¿Cómo sabías que me gusta el té? —preguntó él, con una expresión de curiosidad.
— Fue solo una suposición.
Adriana sonrió.
Las personas con problemas de salud solían evitar el café, así que asumió que él prefería el té.
— Cof, cof… eres en serio bastante amable.
Vittorio cubrió su boca con un pañuelo al toser con suavidad.
— Pero no era