—¿Qué pasa? —preguntó Adriana.
—¿Hay algo que no esté bien?
—¿Este aroma es realmente artesanal? —don Lorenzo se acercó más y olió con atención.
—Te dije que te gustaría, ¡yo también me sorprendí cuando vi el saquito por primera vez! —explicó Adriana. —En la montaña hay cuatro casas, un jardín pequeño y a veces aparecen animales salvajes. La señora no tiene herramientas profesionales, pero sí que tiene mucha habilidad.
—Su talento para hacer perfumes debe ser como el mío —dijo don Lorenzo.
—Qué lástima que una persona con tanto talento viva en un lugar tan alejado.
—No lo creo —Adriana no estuvo de acuerdo. —Ella, con su habilidad, ha criado a dos hijos y vive feliz con su familia. Tener talento no significa que debas ser famoso.
Don Lorenzo asintió, mostrando que estaba de acuerdo.
—Cuando me fui, le prometí que le enviaría un juego de herramientas profesionales para ayudarla a hacer más saquitos, y si tiene talento para hacer perfumes, también le enviaré algunos instr