Al día siguiente.
Evana revisaba que todo estuviera listo, no pudieron tener un baby shower para su hija Natalia, sin embargo, harían uno simbólico para ella y Margaret, además, los invitados traerían regalos para ambos.
El jardín de la casa estaba listo para recibir a los invitados.
Margaret se miraba en el espejo, estaba a un par de semanas de dar a luz a su niña, tocaba su vientre, mientras se veía frente al espejo.
—Estamos bien, ahora, mi niña, no hay mas preocupaciones, nacerás pronto en una casa bonita, con muchas bendiciones, te enseñaré a amar y a ser buena persona, a valorar lo que tienes y a nunca dejarte guiar por el odio, los humanos somos proclives a odiar, y eso es un fuego que, si no se logra moderar, logra devorarlo todo a su paso.
Ella alzó la vista, observó a Bennett ahí, en el umbral de la puerta, la escuchó decir todo eso.
—Yo también estaré aquí, mi Eva Luna, te ayudaré, a ti y a mamá, y nunca dejaré que el odio vuelva a quemarnos, de ahora en adelante las l