Abriendo y cerrando la boca, bajé los ojos y me alejé de él. —Arriba, durmiendo.
No dudó en subir las escaleras de dos en dos hacia ella. No se dirigió ni una sola palabra a mí y sentí que mi corazón se rompía por completo con la situación. Dijo que íbamos a hablar. Dijo que tenía muchas ganas de ve