Ver a Allegra fue un soplo de aire fresco. Los muros parecían cerrarme entre los miembros de la alta sociedad, que parecían juzgarme sin saber quién era. —Becca, ¿estás bien?
Sacudiendo la cabeza, parpadeé para contener las lágrimas que amenazaban con acumularse y me reí, sacudiendo la cabeza. —Ya e