Problemas familiares y desahogo
Todo el desparpajo que podía existir en mi ser quedó opacado de repente. La ingente cantidad de preguntas que de un solo golpe querían ser expresadas en forma de palabras para inquirir respuestas al señor Cavill eran abismales, pero de manera inexplicablemente asombrosa, mi lengua se había quedado trabada. Me sentía como conminada por un embrujo pasional que emanaba de esos ojos penetrantes y poderosos que me mantenían sumida en un estado de inacción y suspensión temporal mientras le miraba. Parecía que de un momento a otro, el mundo a mi alrededor dejaba de andar y que todo lo importante se concentraba ahí en ese par de cristales que ahora me dejaban descubrir sin disimulo ese brillo de vida que antes había descubierto solo de forma pasajera, pero que ahora al fin podía verlo a mi entera disposición para perderme en su mirada de cielo y de mar.
El señor Cavill se dio cuenta de mi mutismo, por lo que se permitió conservar el silencio para darme la oport