La venganza une.
No permitiremos que nadie juegue contigo.
Débora conoció a Manuel en la universidad cuando tenía veintiún años, quedó prendada de él, poco le importó que fuera su profesor de química avanzada y que estuviera casado.
Comenzaron su idilio al mes de conocerse, sin duda, era una relación beneficiosa para ambos, ella disfrutaba de su madurez, ingenio e inteligencia, y él de su juventud y su cuerpo.
Ella aceptaba ser la amante, sinceramente no sentía celos de su mujer; cuando Manuel no podía quedar con ella, simplemente salía con sus amigos y a lo mejor se llevaba a su apartamento esa noche a una mujer o un hombre con el que compartía la cama, y así mitigaba sus ganas de estar con su profesor.
Durante esa época, Carmen estaba trabajando en una tiendecita psicodélica de aromas y ropa hippie y Elvira se estaba haciendo su hueco en el mundo de las ventas.
Quedaban todos los viernes para tomarse unas cervezas al