Los padres de Kaylee la observaron caminar mientras Dante la sostenía de la mano como lo había hecho hace unos cuantos minutos.
— ¿Qué sucedió?— preguntó la madre de Kaylee. Dante observó a la anciana mientras Kaylee se sentaba y hacia un pequeño gesto de dolor.
—He regresado el estómago— susurró totalmente apenada. — pero me encuentro mejor.
Dante se sentó a su lado y tomó un poco de agua, totalmente relajado y despreocupado como si no hubiera hecho algo que tuviera que esconder. Los empleados de la casa entraron con los platos de comida y los colocaron frente a cada uno. Los platos eran diferentes para cada uno. Kaylee miró a Dante cuando vio la comida.
—Mamá— llam&oa