Capítulo 36. Una luz de esperanza
Valentino, desolado y sombrío, terminó de vestirse y se subió a su auto. A medida que avanzaba, de camino hacia el lugar de la reunión de esa mañana, el dolor que sentía en su pecho fue dejando paso a un sentimiento aún más duro y terrible para quienes se cruzaran con él: la furia incontenible.
Poco a poco, se fue encendiendo un fuego arrasador en su interior, uno que se apagaba con una sola cosa.
La sangre.
No siempre había sido así, violento e implacable.
Pero su mundo era complejo y demasiado difícil, no era un mundo para ser blando y comprensivo.
Alessia había probado en carne propia sólo una pequeña fracción del peligro que representaba inmiscuirse en los asuntos de la mafia, meterse directa o indirectamente en ese mundo dónde ser suave implicaba la muerte certera.
En cambio él… llevaba años sumergido en las tinieblas.
Años que lo habían transformado en lo que era hoy.
Y la luz que lo había acompañado el último mes, acababa de apagarse para Valentino.
Eso no sería bueno para sus