Capítulo 16. Fiesta sorpresa
A partir de que se fue a vivir a la casa de Celina, cada día Alessia se levantaba temprano, desayunaba con su amiga y tomaba el autobús, haciendo un breve viaje para llegar a la mansión Amato a trabajar. Allí cuidaba con todo su cariño al pequeño Santino, que el primer día no entendía muy bien que ella se hubiera ido y no viviera más con él, a una habitación de distancia, y estuvo algo enojado con ella, pero luego fue sintiéndose mejor al ver que jugaban y pasaban mucho tiempo juntos y que la veía todos los días. Además, su corazón inocente y noble la quería demasiado como para permanecer enfadado mucho tiempo.
Luego de trabajar, Alessia volvía directamente a casa de Celi, donde cenaban juntas, conversaban tranquilas de su día y descansaban hasta la mañana siguiente, cada una en su habitación.
Celina la había acogido con verdadera generosidad, aunque Ale seguía buscando un lugar donde vivir para no molestar a nadie.
Aunque quería a su amiga, no deseaba seguir siendo una carga para na