Lea despertó en la madrugada abrazada a Dante, el lobo la tenía abrazada a su pecho estaba profundamente dormido, Lea se sobresalto un poco ella no sabía cómo había llegado a estar en una situación tan íntima con él, cómo pudo se desenredó para ir al cuarto de baño a refrescarse
Lea tomó agua y con una toalla humeda mojó su cuerpo después se dirigió al gran ventanal se sentó abrazada a un cojín mirando las estrellas la luz de la luna la hechizaba, Dante al no sentir a su luna en los brazos se despertó buscándola, con un alejamiento tan común y tan corto ya sentía una especie de vacío y abandono que no se podía explicar, buscando con la mirada, encontró su silueta que con el reflejo de la luna ella parecía un ser hermoso y etéreo,
Qué haces aquí Lea