Narra Alejandro silva
Estoy cabreado...
La furia me recorre las venas cuando entro en ese salón de ensayos y encuentro a Nicol demasiado cerca, para mí gusto, de otro tipo...
¿Quién diablos es él?
No espero un segundo más e interrumpo su entretenida conversación.
Me importa un carajo lo que sea que estén haciendo.
— Perdón... ¿Interrumpo algo? — ambos giran a verme y la cara de sorpresa de Nicol es todo un poema.
— Sólo un ensayo... — suelta con ironía el cabrón y luego se aleja para agarrar una botella de agua.
— Hola... ¿Qué haces aquí? — pregunta Nicol mientras se acerca correteando a mí.
¿Cómo que qué hago aquí?
Pensé que se pondría contenta al verme involucrándome en sus cosas, pero al parecer me equivoqué.
— ¿A caso no puedo venir a buscarte? Hace cuatro horas que estás metida aquí. — me choca la situación. Siento que ella está incómodo con mí presencia.
— Claro que puedes... So-solo que aún no termino. — está nerviosa puedo percibirlo, y eso no me gusta porque significa