El desayuno no vino solo.
Sean llegó pisándole los talones a la mujer que introdujo la bandeja en la suite. Los saludó con un cabeceo, su cara concursando por la medalla de oro a la Expresión Indiferente y comentó que Deborah les había agendado varias entrevistas antes de ir al estadio.
Jo llegó poco después con la excusa de preguntarle algo a Sean.
Deborah llegó tercera, para preguntarle a Jim si quería algún lugar en especial del hotel para las entrevistas.
Luego llegó Tom buscando sus tenis verdes.
Y con él llegó Claudia para preguntar qué planes tenía su amiga para la tarde.
Cuando llegaron Walt y Liam preguntando por el spa, la densidad de población de la suite hacía que Pekín pareciera el Sahara.
Jim y Silvia no se inmutaron ante aquella invasión. Él vestía su traje de baño más colorido, y ella vestía una de las camisetas de Jim y sus calzas, ambos descalzos. Les dieron la bienvenida a todos con sonrisas serenas desde la