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La veo dormir, es tan linda y pacífica. Quien diría que hace que mi interior se revuelva al verla.
De lo sucedido ya paso una semana, ella no ha querido hablar de eso. Francesco pago una fianza y ahora anda suelto, volví a denunciar pero no me dieron resultados. Creo que se ha escapado del país porque contrate a un detective privado para buscarlo pero no lo ha encontrado.
Veo que se mueve en la cama y sonrío, ella empieza a buscarme con su mano pero al no tocar mi cuerpo abre los ojos y refunfuña, se sube a mi cuerpo y se pega a el como un koala.
—Despierta—beso su rostro.
—No quiero—se esconde en mi cuello.
Llevo mis manos a su trasero y acaricio esté, la hago que se siente en mi entrepierna, veo como habré sus ojos y sus mejillas se sonrojan.
—Ahí si despiertas, ¿No?—sonrío de forma leve y dejo un beso en su cuello.
—Eres un manipulador—me alejo y veo su rostro.
Está roja.
Se recuesta en mi pecho y empieza mover sus caderas, su vestido de pijama se alza, dejando ver su