- ¡Lucien!... me asustaste… - dejé caer los libros. Me sentí algo avergonzada, nuevamente estaba traspasando mis límites – a… Alfa Lucién… lo siento, de verdad
Me agaché a recoger los libros, él se acercó y observó lo que estaba leyendo.
- Licantropos… el apareamiento de los hombres lobo… - leyó muy divertido por la lectura…
- No… la página se cambió cuando cayeron los libros… ¿Hasta Crees…? – que difícil es hablarle como a un superior, cuando siento que tiene casi mi edad – Es… sólo estaba buscando información… aclarando mis dudas; investigando… Pido perdón por mi imprudencia, no debí entrar aquí sin permiso.
- No… de hecho, no debiste – tomó los libros y los llevó al librero – esta es mi biblioteca personal, a demás de ser mi oficina privada.
- De verdad lo siento… - agaché la cabeza
- Sin embargo – no se volteó a mirarme – es muy grato ver a un ratón de biblioteca husmeando en mi oficina… hace mucho tiempo no veía a alguien que disfrutara tanto la lectura.
- Amo la lectura…