Ya habíamos terminado de comer y el camarero se acercó a nuestra mesa. Nos levantamos; no esperé a que Ayla le hablara y me adelanté.
- A la cuenta de Alfa Lucien
- Claro que sí, Alfa – me respondió el camarero. Ayla, a pesar de las circunstancias y de su preocupación, me miró y sonrió.
Salimos rápidamente del lugar. Mi pareja volteó y me observó por un momento pensativa.
- ¿Qué ocurre, Ayla? – pregunté
- Tal vez prefieras estar en tu manada en este momento.
- ¿Qué? Claro que no… no te dejaré sola. Ya envié mi nuevo número a Emil… si ocurre algo, me llamará. Pero en este momento debo estar contigo.
- Te lo agradezco – me dijo, acercándose y besándome – te pido que llames a Alan y le informes… debe estar en la frontera en cinco minutos… tal vez aun podamos encontrar a ese lobo traidor.
- ¿Dónde irás tu?
- Iré a por Violet, la llevaré a interrogar a los guardias en la prisión.
- Ten mucho cuidado.
- Tenlo tu igual… - me dijo – por favor, no te confíes.
- No lo haré. Iré a l