CAPÍTULO 26. En sus ojos océano
[LIAM]
Defectos.
Todos tenemos defectos, pero el peor de todos es ser tan tontos hasta llegar al punto de querer mentirnos a nosotros mismos.
Decir de boca para afuera una mentira y pensar que nuestra alma cree también esa mentira.
Pero no.
Y es ahí donde radica el problema: que le podemos mentir a todos, menos a nosotros mismos.
Y es que solo el que realmente conozca tu alma sabrá la verdad.
Aquel que se conecta de manera instantánea a tus ojos y descubre lo que realmente sientes.
Que pueda leerte…
Porque tus ojos demuestran que lo que dices no te lo crees ni tú mismo.
—No me interesa —le dije.
Y mierda.
Sí lo hace, y lo peor es que no sé por qué.
Y aunque me diga una y otra vez que es por su maldito parecido a Andy, no lo siento así, y eso me tiene sumamente confundido.
Piensa claro, Evans, ella solo será un estorbo para tus planes.
Debo averiguar dónde está esa mujer y qué carajo está pasando, de qué me perdí estos cinco años fuera.
No sé cuántas vueltas doy en el mismo pasillo par