— Podrás matarme cuantas veces quieras; siempre regresaré, hermana. Volveré por Matt. Inténtalo, Julia — me ve con incredulidad —. Sabes, fingía ser Andy, pero porque quería incomodar a “mi padre” y a mamá, por mentirme. ¡Ah! Y porque los locos dan miedo, a excepción de ti; tú das pena. Fingía ser ella para que mi locura le provocara miedo al estúpido de Lucas, ese que intentó abusar de mí muchas veces, pero gracias a mi locura mejor se iba. —

— ¡Mentira! —

— Investigué a Andy — continúo —. Quería a mi verdadera hermana, una que no envidiaría nada de mí, una que no estuviera enferma de la cabeza como tú. —

— ¡Cállate! —

— ¿Pero sabes? De nada me servía si estaba muerta. Gracias a ti… Tú sabías que podía salvarse, ¡pero la desconectaste! Lo hiciste porque tú sabías desde hace más de seis años todo. Hiciste muy bien tu tarea al saber que yo no era hija de Lucas; investigaste a los Harrys, desconectaste a Andy… —

— ¡Su corazón no servía! —

— ¡Pero su cerebro sí! Un trasplante la habría s