CAPÍTULO 10. Perdida
[ANDY]
Justo ahora, es aquí cuando me planteo la posibilidad de si esto es una pesadilla, o se debe a que es producido por el coma, o quizá Marcos me provocó otra recaída con sus idioteces y estoy en mi cama, recuperándome.
Sí, eso debe ser.
Cierro los ojos una y otra vez, y sigue ahí. Lo vuelvo a intentar, pero no despierto.
Una lágrima hace su recorrido, y las demás siguen su ejemplo.
¿Y si me pellizco? Tal vez despierte.
Pero no es necesario, el dolor que siento en el corazón es demasiado real, demasiado fuerte para ignorarlo,
para que, siendo un sueño, no me hubiera despertado aún.
¿Dije que no tenía nada que ver conmigo? ¿Dije que si a Lena le afectaba, a mí no?
Eso pensé. Qué tontería, ¿no?
—Hija —habla, y escuchar su voz provocó todo lo contrario a lo que pensé que sería cuando lo encontrara.
Tristeza.
Decepción.
Confusión.
Todo menos alegría.
No voy a decir que no me da gusto verlo, aunque pasaron cinco años; para mí, solo lo vi hace apenas tres semanas.
¿Qué le digo? ¿Lo abra