Lola inclinó la cabeza, a su mente se vino todos los momentos que Ricardo le quitaba lo poco ganaba con pretexto de que a él no le alcanzaba el sueldo, pasó la saliva con dificultad, y observó a Alex.
—No me gustaría recibir ingresos, sin ganármelos —informó—. Siempre he trabajado —informó y observó al joven Vidal.
Alejandro arrugó el ceño, la mirada de la mujer estaba llena de tristeza, percibió un cambio en ella, ya no era la misma que ingresó a la oficina rozagante.
—¿Está de acuerdo señora Beltrán? —indagó Oliver.
María Dolores liberó un largo suspiro.
—No tengo otra alternativa —informó.
Alex le pidió a su amigo dejarlos solos