Rigo, su chofer se quedó mirándolo con los ojos muy abiertos, tenía años conociéndolo y acompañándolo algunas veces a comer o a beber algo, en más de una ocasión fue su confidente, otras tantas, lo llevó a hoteles de lujo cuando conseguía compañía femenina en alguno de los lugares que visitaban.
Sin embargo, esa era la primera vez que se confesaba interesado en alguien y, por lo visto, ahora su jefe estaba enamorado, así que se lo cuestionó sin tapujos.
–¿Me está diciendo que está enamorado?
–Te estoy diciendo que una mujer, increíblemente hermosa e inteligente a la que le hice insinuaciones descaradas por mucho tiempo, ahora luce en su dedo un anillo de promesa que le dio un tipo que la hizo su novia.
–Ay no, lamento que la haya perdido jefe.
–¿Estás seguro de que la perdí?
–Por supuesto jefe, si usted solo se insinuó sin aclararle nada, era de esperarse que otro hombre que sí se le declarara como es debido la hiciera su nov