¿Llegaste bien? –leyó el mensaje en su teléfono y el remitente era Sergio.
Sí, muchas gracias.
Supe del incidente al salir de tu casa, imagino el susto que te llevaste.
Uno muy grande, a decir verdad.
Lo lamento.
No lo lamente señor Nash, sé que estaba pendiente porque enseguida llegó un grupo que los detuvo.
Eres demasiado noble, no me perdono que estuviste en peligro.
Ya estoy bien, por el contrario, debo darle las gracias por incluir a mi amiga y a mi abuela.
¿Qué te parece el lugar?
Es precioso.
Disfrútalo, buenas noches, te hablo mañana.
Buenas noches –se despidió y cerró los ojos suspirando, en el fondo le hubiera gustado que esa conversación hubiera sido con Tiberius.
***
Por su parte, Evana luego de despedirse de su hermano, se quedó reflexionando sobre los últimos acontecimientos ocurridos en su entorno. La caída de Adrián que la mantuvo en vilo por varios días; el ataque irracional contra ella por parte de la madre y la esposa de su exmarido; la amenaza a su asistente, a qui