Rita y Alejandra no esperaban que, Hugo, siendo tan educado con ellas, era capaz de rechazar a Karen tan cruelmente delante de ellas.
Rita quería que Karen y Hugo llegaran a algo.
Sonrió y trató de hablar para distender el ambiente, para que las cosas pudieran relajarse: —Es cierto que es culpa de Karen, ya hablaremos con ella más tarde, siento mucho haberte interrumpido, le pediré a Natalia que lleve a Karen para que se disculpe contigo otro día...
—Las disculpas no son necesarias. —Hugo vio su intención y añadió—: El amor... —Llegando aquí, hizo una pausa, mirando a Rebeca sin dejar rastro, e hizo una pausa de medio segundo antes de decir—: No se puede forzar, la señorita Rojas y yo no somos adecuados, espero que ustedes puedan persuadirla, no dejen que vaya por un camino equivocado por mi culpa.
Dicho esto, ¿qué podía no entender Rita?
Miró a Rebeca, que se había mantenido al margen desde el principio hasta el final, sorbiendo tranquilamente su agua, y tuvo la sensación de que esta