Dos días después, a mediodía, Rebeca y Romeo se dirigían al comedor para cenar cuando el celular de ella sonó de repente.
Era una llamada entrante de Logan.
Rebeca lo vio y, tras un segundo de duda, atendió: —Hola.
—La abuela está despierta.
Rebeca se alegró y dijo: —Ahora voy.
—Bien.
Tras colgar el celular, Rebeca le dijo a Romeo, que estaba a su lado esperándola: —Lo siento, tengo otra cosa que hacer, así que no iré al comedor.
Romeo miró la serie de números que tenía en el celular, vio que tenía mucha prisa y le dijo: —No pasa nada.
Rebeca asintió y se marchó a paso rápido.
Cuando llegó al hospital, Logan, Carolina, Lidia, Sara, Santiago y los demás estaban allí.
Al verla llegar, Carolina saltó a sus brazos y Logan miró hacia ella, luego giró la cabeza hacia atrás para decirle a Esperanza: —Abuela, Rebeca está aquí.
Esperanza se enteró de que Rebeca estaba aquí y una sonrisa apareció en su cara mientras se esforzaba por mirar hacia la puerta.
Rebeca se adelantó y tomó la mano de la