Esperanza, naturalmente, se dio cuenta de que Rebeca ya no era tan comunicativa con Logan como antes.
Hablando de eso, no pudo evitar suspirar, mirar con recelo a Logan y decir: —¡Todo es culpa de Logan!
Ella llevaba tanto tiempo tomando la iniciativa y él aún nunca respondía. ¿No era normal que una se cansara al respecto?
Logan se limitó a sonreír débilmente, sin decir nada.
Rebeca no quería decir nada. Al oír esto, se limitó a comer en silencio, sin intención de abrir la boca.
Logan recibió una llamada antes de terminar la comida y se levantó para irse a contestarla.
Pero volvió rápidamente.
Cuando terminó de comer, le dijo a Esperanza: —Tengo algo que hacer, les dejo.
Carolina también era lo suficientemente inteligente como para adivinar que la llamada era de Natalia.
Ella también quería visitarla en el hospital, así que le dijo: —Papá, voy contigo.
Logan: —De acuerdo.
Esperanza dijo: —Llévate también a Rebeca, mañana es sábado, justo pueden salir a despejarse juntos.
Rebeca habló e