Brianna
Me duché me afeite las piernas, y corrí escaleras abajo cuando llamaron a la puerta. Pietro la abrió justo cuando Ludovico apareció radiante y vestido a la moda con una valija, un perchero donde llevaba fundas negras con los suntuosos vestidos que me probaría para la noche, además de un maletín.
Ludovico era muy atractivo, tenía los ojos color avellana, era alto con un cuerpo firme y el cabello oscuro. Supongo que muchas lo considerarían un auténtico desperdicio. Pero yo solía podía ver en él un potencial amigo, alguien con quien cotillear mientras me peinaba. Corrí hacia él y me abracé como si fuese un viejo amigo que hacía tiempo que no veía. Me tomó entre sus brazos y me levantó a unos centímetro del suelo. —Te ves fantástica, cariño. Un regalo a la vista, que necesito luego de ver ciertos tormentos —Miró a Pietro de reojo —. Vamos arriba, llévame a tu nidito de amor, espero que nadie in