Capítulo 12
Jerry contemplaba las fotos una y otra vez con una expresión de terror en el rostro. La reacción, de su parte, ante la evidencia, no fue inmediata.

- Puedo explicarlo - dijo finalmente.

Las palabras me impactaron. La respuesta no era la que esperaba. Pensé en irme, para, con ejercicios de relajación, disipar mi molestia, pero él me detuvo.

- Elizabet no puedes irte, al menos no sin escucharme. No puedes condenarme antes de que hablemos. Caminé hasta un sillón, que formaba parte del mobiliario de la habitación. Me senté en una posición cómoda y dije:

- Te escucho.

- La conocí antes de comenzar a trabajar para ti, en aquel entonces, tuvimos una relación, pero llevo años sin verla.

Lo observé detalladamente y vislumbré sinceridad en su mirada. ¿Me había dejado llevar por los acontecimientos? ¿Lo había acusado injustamente? Me sentí mal, por haber dudado de su lealtad, cuando él sólo me había dado pruebas de su amor.

- Lo siento, perdona yo...

- Elizabet, ellos te van a hac
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