Mundo ficciónIniciar sesiónLa puerta automática se abrió, dejando pasar a dos enfermeros que empujaban la camilla donde el señor Meyer yacía con el rostro pálido, los labios tensos y la respiración entrecortada. Cristina avanzó unos pasos más, instintivamente abrazando a Valentina contra su pecho.
Cristina observaba cada detalle con inquietud. Los enfermeros hablaban entre ellos mientras conectaban monitores y cables; el sonido del bip del electrocardiograma se mezclaba con el murmullo del hospital.Una enfermera se acercó con una carpeta en las manos.—¿Usted es familiar del paciente? —preguntó, mirando a Cristina de arriba abajo, como evaluando la urgencia.Cristina asintió.—Soy… su nuera.—Muy bien, acompáñeme por favor. Necesito registrar sus datos para ingresarlo al sistema.Cristina respiró hondo, bajó a Valentina cuidadosamente al suelo y le tomó la mano para caminar con ella. Sin embargo, antes de dar un paso, Valentina tiró del vestido






