Capítulo 18
Mis sentidos empiezan a despertar. Siento a la altura de mi vientre un calor abrazador e incluso, molesto. Me pasó las manos por el rostro intentando despabilarme hasta que lo consigo.
Abro los ojos y todas las imágenes de la noche anterior me golpean una tras otra, sin dejarme siquiera a analizarlas con detenimiento.
La luz de un nuevo día traspasa las cortinas del enorme ventanal de la casa de Amenadiel, iluminando gran parte del living. El fuego h