Le froté la cabeza.
—Trabajaremos en ello juntos —le aseguré.
—Entonces, ¿eso significa que te quedas? —preguntó.
—Sí, se queda —dijo Gavin antes de que pudiera tener oportunidad de hablar. Pone un brazo alrededor de mí y me jala a su lado. —Y tenemos mucho de qué hablar, pero no la voy a dejar ir de nuevo.
Me sonrojé ante sus palabras directas.
—Ciertamente tenemos mucho de qué hablar —estuve de acuerdo.
—Entonces, tenía razón —sonrió Matt mientras miró a Irene—. Te dije que iba a ser nuestra nueva mamá.
—Nunca la voy a llamar mamá —dijo Irene, cruzando los brazos sobre su pecho, pero había diversión en sus ojos mientras echó un vistazo entre nosotros dos.
Casi me ahogué con mi propia saliva ante sus palabras cándidas.
—No le estoy pidiendo a nadie que me llame mamá —le dije, y luego recordé el pequeño frijol en mi vientre, y mis mejillas se pusieron calientes.
Nadie sabía de este embarazo excepto Gavin. No estaba segura de cuándo sería el momento adecuado para decírselos, pero algo m