La fila para el mostrador de recepción, que se extendía de lado a lado, era enorme.
—Vamos a estar aquí para siempre —se quejó Nan.
Miré la hora. Eran solo la 1 una de la tarde.
—Tenemos mucho tiempo —le dije—. La cena no empieza hasta a las seis.
En el itinerario que el Alfa Levi me envió, mencionaba una cena de competidores a las 6 esta noche para que pudiéramos conocer a los otros competidores y a los jueces. Tenía que admitir, estaba un poco nerviosa de ver contra quién me enfrentaba.
Sorprendentemente, la fila no duró para siempre. Solo tuvimos que esperar unos 20 minutos antes de estar al frente de la fila. Una de las trabajadoras me hizo señas y rápidamente me apresuré hacia ella con Nan a remolque.
—Hola, ¿están registrándose? —dijo la mujer, según su etiqueta de nombre, Stacy.
—Sí. Debería estar bajo Judy Montague.
Asintió y escribió algo en la computadora.
—Oh, ¿están aquí para la competencia Gamma? —preguntó.
—Sí —respondí. No debería haberme sorprendido de que este resort f