Alan
Lanzo todo al suelo. Maldita sea, por lo visto mi abuelo seguirá de parte de Willie. Levanto la mirada cuando escucho un ruido en la cocina. Camino sigilosamente hasta llegar a la puerta de la cocina. De repente veo ropa de mujer en el suelo, abro la puerta y veo a Abril allí sirviendo algo de fruta.
—Amor —ella dice, dándome un beso.
—¿Qué haces aquí?
—Visitandote. Me haces mucha falta, ¿no te alegra verme?
—Nena, no me gusta que me estén acechando, eso es algo perturbador. —Ella camina hacia mí, la observo de arriba a abajo notando su buen cuerpo y lamo mis labios.
—Te extrañe, no tienes idea cuanto. Quise dejar de ser la de los fines de semana, quise dar yo el primer paso, ya que le tienes miedo al compromiso.
Ella puso su mano en mi pecho y luego me besó con intensidad, la tomé de sus muslos y la puse en el mesón de la cocina, para luego soltar el broche de mi pantalón, penetrarla y besarla con deseo.
Mis estocadas son profundas, mientras que ella gime en mi oído una