Pequeño pervertido

—¿Qué haces aquí, Luciano? —me cuestiona sin dejar de mirarme con los ojos entrecerrados.

—Yo… vine aquí… por…

—¿Qué es lo que tienes entre tus manos? —inquiere, señalando con su barbilla mi camisa sucia.

—M-me ensucié la camisa y me tomé el atrevimiento de cambiarme en su sala, me disculpo por ello —musito avergonzada.

—¿Cómo fue que te ensuciaste? —insiste, taladrándome con esos pozos azules que muchas veces me ponen nerviosa. Rasco mi cuello y debido a que no puedo evitarlo, decido ser sincera y le cuento como sucedieron las cosas.

»Ni porque le prohibí la entrada a esa mujer deja de ser un dolor de cabeza —se queja con pesar. Pasa su mano por sus ojos y después de unos segundos suelta un hondo suspiro—. Desde mañana pasaré a recogerte a la parada de autobús y te traeré a la oficina.

—¡¿Qué?! —chillo, dando un paso atrás.

—Lo que escuchaste Luciano, mañana pasaré por ti. Evelina ya demostró que es capaz de esperarte a que llegues para molestarte, así que sí, pasaré por ti y se acab
Leia este capítulo gratuitamente no aplicativo >

Capítulos relacionados

Último capítulo