Capítulo 5

Me quedo sin saber  muy bien como reaccionar ante aquel giro de los acontecimientos. 

Me tomo un minuto para observar a los dos hombres a mi lado y no podía estar más asombrada por el hecho de que fueran hermanos. De todos los escenarios que podía esperar ver, jamas conté con algo así. Es que era demasiado coincidencial. 

Pero lo que todavía me asombraba más era el descaro de Liam por presentarme como su novia frente a su hermano...

Su hermano,repetí en mi mente.

Aquellos dos hombres parecían no salir de mi vida una vez que habían entrado y el primero se empeñaba en autotitularse mi dueño y el segundo mi novio. Nuevamente sentía que aquello era surrealismo puro.

Y en ese justo instante me di una cachetada mental y reaccioné presentando dos interrogantes a mis acompañantes.

—¡Hey, tú! -señalo a Liam que alza una ceja para mí - ¿dejaras algún día de presentarme a toda tu familia como tu novia? —lo ví alzar los hombros y me giré resoplando hacia su hermano —Y,tú -¿cuál era su nombre?...Ni siquiera lo sabía -¿ me dirás tú nombre alguna vez o mejor aún, preguntarás el mío?

Liam se veía muy divertido desde la silla en la que estaba cómodamente recostado como preparándose para ver algún espectáculo en vivo. El muy cachondo había dado la vuelta con normalidad a la mesa del dueño de aquella oficina y disfrutaba de todo lo que allí acontecía. 

Era alto como su hermano pero le faltaba algún que otro centímetro para alcanzarlo en su totalidad , con la piel blanca pero un pelo castaño que hacía un contraste matador con aquellos ojos azules que ya parecían el sello de la familia,hasta la hermosa Miah los tenía de carta de presentación.

Y por otro lado estaba el señor capullo, rubio de una manera tan cegadora que parecía que brillaba y hacía resaltar aún más el azul cielo de sus ojos balconeados por pestañas perfectamente alineadas.

—Y bien, ¿quien responde primero?-digo colocando mis brazos  en jarra, esperando una respuesta que no era precisamente la que obtuve.

-Respondes tú -me dice el señor de nombre  aún desconocido para mi -¿que es eso de la novia de mi hermano?

Que yo recuerde tú me perteneces- dice muy serio. Como si de verdad se creyera con ese derecho tan primitivo.

Mi boca no podía abrirse más...

—¿Desde cuándo he pasado a ser su propiedad ?,señor... uhmm- señalo con una mano instandole a seguir con un chasquido de mis dedos.

—Ian para ti nena —sonríe satisfecho usando como siempre con la p**a palabrita.

—Pues muy bien Señor Ian —cuadré los hombros para mascullar —esta será la última vez que nos veamos todos,así que pasando a dejar las cuentas claras-  enumero con mi mano alzando el pulgar -número uno, yo no le pertenezco ni le perteneceré jamás a nadie —afirmo y levanto mi siguiente dedo —y dos, su hermano y yo no somos nada ,el resto de la historia se la contará él, que parece muy divertido por lo que asumo que le sobra el tiempo ,cosa que a mí no. Y ya por último les digo a ambos que no ha sido un placer conocerles -miento descaradamente - asi que hasta nunca.

Salgo de allí casi corriendo y me resulta sumamente extraño que el  rubio de ojazos azules no haga ningún intento por detenerme dada la cacería que sentía me había  estado dando.

Me desplace por el lugar tanteando el sitio que tan poco conocía deseosa de salir de allí y poner distancia entre aquellos tarados y yo.

Pero no avancé mucho  cuando sentí mi  móvil sonar indicando la entrada de un mensaje que rezaba lo siguiente:

*Que sepas que te he dejado correr pero de mi no escaparas jamás,antes me pertenecías y así sigue siendo, pero te dejare jugar un rato más a las princesas escondidas. Hasta en tu juego yo sigo siendo el Rey*

M****a,m****a y más m****a. Las manos me temblaban y el móvil amenazaba con caer al suelo de los nervios que me había producido aquel mensaje amenazador.

¿Cómo me había encontrado?

Y lo que es aún peor , ¿cuánto tiempo me estaba dando?

Sabía que aquel mensaje significaba el final de mi libertad. Había pasado de huir de los hermanos ojos azules y el rubio que se cree mi dueño, a disponerme a correr lejos del productor de aquel mensaje que tanto me perturbaba. 

Ya estaba en el elevador y sentí que podía morir de parada cardíaca,sentía mis latidos  a más de ochenta pulsaciones y mis manos temblaban sin parar. Los ojos escocían de tantas ganas de llorar a moco tendido que me llenaban los sentidos.

Miraba mi móvil y el número de dónde provenía el mensaje era número oculto, claro, él podía cazar pero nunca ser cazado. 

Solo había estado 3 meses fuera de aquella cárcel y ahora que por fin respiraba libertad y sentía que tocaba mi ansiado arcoiris, mi destino se hacía presente una vez más recordándome que ya estaba sentenciada y mi condena no demoraría en reclamarme. Había sido muy ilusa cuando pensé que tenía escapatoria.

Llegué a la planta baja y fui directo a recepción para que me indicaran dónde había un baño, tenía que calmarme y necesitaba refrescarme o me daría un colapso nervioso.

Así debía haber sido la expresión que proyectaba cuando la misma chica borde de antes, me indicó en esta ocasión un camino al final de un pasillito lateral que me llevaría hasta un baño. Justo lo que necesitaba antes de enfrentarme al mundo hostil, otra vez.

Echándome agua en la nuca y en mi frente sentí el pitido del móvil indicando un nuevo mensaje que no sabía  si quería leer.

Pero tenía que ser fuerte , no podía luchar esta batalla sin toda la información que pudiera reunir.

Y con toda la valentía que fui capaz de sacar de mí, saqué el móvil y desbloqueandolo ví que el mensaje era de la señora Estela Menphis dándome la enhorabuena por haber conseguido el trabajo ,así como indicándome que empezaría mañana mismo.

Respire profundo al sentirme tranquila de que no fuese otro amenazante mensaje de aquel psicópata y sentí a su vez, que estaba volviendo a encauzar mi rumbo.

Tomaría el trabajo,  y como sabía perfectamente que tendría que viajar seguido escogería muy bien el país más correcto para quedarme y empezar a esconderme otra vez. Era un poco miserable y casi nada profesional usar mi nuevo empleo para mi propio beneficio, pero escapar era vital para mí y no podía desaprovechar esa oportunidad que me llegaba como por la gracia divina.

Así que sería poco profesional las veces que hicieran falta con tal de no volver allí, la que consideraba mi cárcel y aceptar mi destino.

Ese, que  cambiaría yo y nadie más que yo. Tenía que tomar las riendas de mi futuro y hacerlo costara lo que costara.

Así fue como desastrozamente mi día de azúl se fue a la m****a volviéndose completamente gris por las preocupaciones que me seguían allá donde fuera.

Pero lo que no imaginaba era la noche que todavía se me avecinaba. Los sucesos perturbadores que aún estaban por venir y pondrían todavía más, mi vida paras arriba.

¿No creen que hay días que parece que solo empeoran? ¿Días que parece  que no  mueren, días en que sienten que  están  empantanados en un sitio y por mucho esfuerzo que hagan no logran moverse?

Pues hoy es uno de esos días y lo peor es que no acaba...aún falta la oscura noche.

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